Ahora sí; con Puccini aún en los tímpanos, se puede colgar la crónica.
Giacomo Puccini,
Le Villi (1884)
Cristina Barbieri, soprano (Anna)
Luis Dámaso, tenor (Roberto)
Ángel Ódena, barítono (Guglielmo)
Coro de la Fundación Príncipe de Asturias. Maestro de coro: Jose Esteban García Miranda
Orquesta Oviedo Filarmonía
Friedrich Haider, Director
Al fin un Puccini que no es la enésima
Bohéme en los escenarios ovetenses. Y es que a más de uno habrá sorprendido que el compositor de Lucca estaba ya, entero y verdadero, en los compases de la ópera que pudo escucharse hoy en el Auditorio de Oviedo en versión de concierto.
Le Villi, estrenada en Milán el 31-V-1884 con Pietro Mascagni formando parte de los contrabajos de la orquesta, fue una de las obras presentadas al concurso de óperas en un acto que convocaba la editorial Sonzogno. Puccini no ganó el concurso, pero los ganadores de aquel año han caído en el olvido. Y si
Le Villi no es una ópera habitual en el repertorio, al menos hoy hemos tenido la oportunidad de escucharla de nuevo
Y en conjunto ha sido una estupenda experiencia. Es una lástima que de
Le Villi sólo haya trascendido la bella aria de tenor "Torna ai felici di". La incógnita podía estribar en si el resto de la ópera estaba a la misma altura, ó era perfectamente olvidable. Creo que la respuesta puede encontrarse unas líneas más arriba: Puccini era ya él mismo en esta ópera, injustamente desaparecida de la programación de los teatros
. Aunque la Ópera de Frankfurt anuncia una nueva producción de
Le Villi para el próximo octubre. Menos mal.
Vayamos por partes:
La soprano
Cristina Barbieri no ha sido lo mejor de la noche. Vibrato excesivo, voz metálica, agudos gritados, voz demasiado atrás… en aras de un verismo un tanto trasnochado y una
italianitá bastante mal entendida. Fue con mucho el mejor
Luis Dámaso, con una voz homogénea, bonita y bien colocada; sólo se echaba de menos en este tenor un mayor volumen vocal, ya que posee una voz pequeña para los requerimientos de una orquestación poderosa (a veces daba la sensación de quedarse en OFF). Pero por lo demás, su lectura del papel de Roberto fue de un refinamiento extremo, tanto como le faltó a su compañera (que cuando se quedaba en OFF era por tener la voz completamente atrás…).
Ángel Ódena completó con eficacia y entrega el trío protagonista, en un papel aún muy cercano a las figuras paternas confiadas a los barítonos verdianos.
El
Coro de la Fundación Príncipe de Asturias tuvo un cometido importante y difícil, pues las partes corales en
Le Villi tienen pasajes complicados y de tesitura tirante. Mejor resueltos, en general, los momentos festivos del principio, donde el coro estuvo realmente brillante, que las intervenciones de las voces femeninas en su papel de
willis, espíritus vengativos de mujeres abandonadas por sus amantes: las "espíritus" del coro resultaron algo incoloras vocalmente.
Sólo queda destacar la brillantez mostrada por la orquesta
Oviedo Filarmonía, de la que el maestro Haider obtuvo interesantes contrastes sonoros de principio a fin. Una hora y cuarto –no se hizo pausa– que no hizo sino ir a más.
Y concluyo diciendo con toda la convicción del mundo que todo pucciniano que se precie de serlo debería conocer esta ópera, compendio de todas las claves del lenguaje de don Giacomo
.
(P.S.: antes del comienzo tuve la oportunidad de saludar a EMarty y Don Alfonso, que supongo habrán disfrutado también de la velada, a pesar del malísimo tiempo reinante
).