Yo también disfruté ayer tarde, y mucho. Esta temporada lírica nos esta ofreciendo grandes títulos y con bastante buen resultado a nivel general, a la espera aun de dos platos fuertes como son
Rigoletto, sin Flórez, y
Le nozze di Figaro.
Tenía mucha gana de este titulo; imagino que para muchos de nosotros era nuestro primer
Berlioz. Si la base de datos que he manejado (
esta) no falla, era la primera ópera de Berlioz que se representaba en Madrid en los casi cinquenta años que están recopilados en la pagina web que he citado. A pesar de ello, era versión concierto, pero menos es nada, y me consuelo con el argumento de que Berlioz cuando estreno
La damnation de Faust fue en 1.846 en version concierto, y que no se escenficó hasta 1.893, bastantes años mas tarde del fallecimiento del compositor, en el lejano 1.869.
El trío protagonista cumplió sobradamente las expectativas:
Borodina, de voz potente, con rico timbre, pastosa y ancha en el registro central , oscuro en el grave, aunque poco elegante al ascender al agudo. Como ya se ha comentado unos cuantos posts mas arriba, algo distante, dando la impresión de que se limitaba a solfear las notas, mas que a interpretar el papel de Margarita.
Bezcala, timbre bellísimo de tenor lírico pleno, muy musical, homogéneo y con buena proyección, aunque en algún difícil agudo en el que uso la técnica del falsete no anduvo nada acertado. Algo aséptico en su interpretación, pero compensa con tan bello timbre. Magnífico
Abdrazakov, con un fraseo elegante, correctisima proyección de la voz, brillante en la regulación de las variaciones dinámicas, y con unos agudos firmes y bien emitidos. Opino como el señor Gouverneur que quizás este rol requiera de una voz mas oscura, mas grave.
El coro en esta opera-oratorio-sinfonía, por que de todo ello tiene un poco, juega un papel decisivo; es un elemento importante sin ningún genero de dudas, y un elemento además que adquiere múltiples matices: campesinos, bebedores, gnomos y silfos, estudiantes, diablillos, soldados, demonios y espíritus celestiales; y por si todo esto no fuera poco se requiere la participación de un coro de voces blancas para la escena final. En esta ocasión participo el Coro Nacional de España, uno de los mejores del país, que cuenta entre sus componentes, entre otros muchos, a Inmaculada Egido, soprano que estreno en el ya lejano 1.997 la opera
Divinas Palabras. Cumplieron su arduo trabajo con sobrada eficacia.
Y para terminar la orquesta sonó magníficamente;
Luisottti se contoneaba frenéticamente extrayendo de la orquesta matices sorprendentes, dirigiendo con ímpetu, energía y resaltando con rotundidad la rica paleta colorista de esta partitura.
Como anécdota relataros que al ser una opera en versión concierto, la gigantesca lampara de la sala no se apaga, por lo que un señor delante de mi butaca se entretuvo, en el momento de la
Canción del Rey de Thulé en la voz de Borodina, haciendo sudokus. Creo que no le satisfizo la soprano.
Fue un placer charlar y tomar cafe con Edarwk y señora, y saludar, aunque en la distancia, a D. WAM.