Bueno, pues yo también me atrevo a contar mis impresiones sobre la función de anoche (22-04-09). Es la mía una opinión de alguien novato en el mundo de la ópera, con muy pocas representaciones vistas (de hecho la de ayer fue mi tercera ópera en vivo) y con prácticamente ningún conocimiento de técnica vocal, por tanto si son ustedes muy sensibles, sigan leyendo bajo su responsabilidad.
Vaya por delante que el simple hecho de poder escuchar en directo a Les Arts Florissants ya merece por si solo el precio de la entrada. Un sonido que envuelve al espectador y le traslada al Teatro dei Santi Giovanni e Paolo, en Venecia, en 1640, al estreno de la obra. Realmente es una experiencia única e indescriptible el pasar de un estado de ánimo a otro a través de la partitura de ese genio llamado Claudio Monteverdi interpretada por esta reducida orquesta de excelentes músicos guiados por el magistral Christie, a quién, desde este momento, le declaro mi más profunda admiración.
Sobre la escenografía, en líneas generales me pareció correcta, aunque algunos elementos resultaban chocantes, sobre todo en el tema del vestuario, como bien apunta WAM. Ulises, Telémaco y Minerva disfrazada de pastorcillo usando el mismo look de planta joven de ... (ponga aquí sus grandes almacenes favoritos) mientras el resto de personajes humanos presenta una apariencia más acorde a la época (si no a la Grecia mitológica, sí al menos a la Italia de mediados del XVII, cuando se estrenó la obra), con la posible excepción de Iro, que va un poco por libre. También resulta curioso ver la ambigüedad de Ulises, quién, disfrazado de anciano mendigo lleva unos ropajes "de época" en tanto que cuando se presenta en todo su esplendor vuelve a su estilo *** Jeans, "the new man"
, por no hablar del modelito que lleva Eurímaco en su primera escena con Melanto (que por cierto, estaba de muy buen ver)
que ya lo quisiera "Cé Ká" para su colección.
Un detalle que sí me gustó mucho de la escenografía fue la iluminación que me pareció que daba en todo momento la atmósfera adecuada a la acción.
En cuanto a los interpretes, no me considero capacitado para juzgar el trabajo de los cantantes a nivel técnico, como ya dije arriba, pero a mi modo de ver el elenco cumplió. Me gustaría destacar a Christine Rice que supo darle a su Penélope el punto adecuado de melancolía, y añoranza, con una más que digna "Di misera regina", aunque no superó a la que para mí es la interpretación de referencia: Marijana Mijanovic.
Melanto también posee una voz muy bonita y dio muestras de su buen hacer sobre todo en su primer dúo con Eurímaco y en la escena III del tecer acto con Penélope, "E quai nuovi rumori". Del resto de los mortales me gustaría destacar a mi tocayo, interpretado por Robert Burt, que quizá no sea la nueva sensación de los tenores al uso, pero que, posiblemente debido a su sólida formación como actor en la Royal Shakespeare Company, a mi juicio estuvo muy por encima de los demás en cuanto a presencia escénica (y no solo por que esté más orondo) y dominio del lenguaje corporal: gestos, expresiones, posturas, etc.
De los dioses, todos bien, sobresaliendo, claro está, Claire Debono como Minerva. También me gustaría destacar la breve pero interesantísima actuación de Juno, interpretada por la soprano búlgara Sonya Yoncheva, que, si no me equivoco también ha cantado
Don Pasquale en el Real. Seguiré sus pasos con sumo interés.
He dejado para el final a Ulises, Kobie van Rensburg, para apuntar un par de detalles sobre su actuación. En primer lugar, creo que pasó un poco sin pena ni gloria, no resultó desagradable pero no me emocionó. En lo vocal creo que estuvo correcto, sin grandes alardes, pero muy frio, sin atisbo de emoción alguna en su voz, haciendo a su Ulises, poco creible, algo que a mi modo de ver fue especialmente palpable en sus dúos con Telémaco y sobre todo en la escena final con Penélope, donde la emoción por recuperar a su amada tras tantos años de separación brilló por su ausencia. Lo cual me lleva al segundo apunte: en mi opinión, la pareja protagonista de este elenco no tiene química alguna, les falta chispa.
Por último, y a modo de reflexión, quiero comentar que me parece triste que haya gente que vaya a la ópera y que no sepa lo que va a ver. Lo digo por algunos comentarios que escuché en el intermedio y sobre todo por el señor que estaba sentado dos asientos a mi derecha, que estuvo toda la representación mirando el reloj. Pensé que no aguantaría más allá del intermedio, pero se quedó hasta el final, eso sí, la sensación de hastío que transmitía era un poco molesta. Me parece muy bien (en realidad muy mal) que no le guste la obra, pero debería comportarse con algo más de corrección. Y hablando de comportarse, mi vecina de asiento llegó para la reanudación, y quejándose amargamente de que no no se le permitiese la entrada al comienzo por haber llegado "cinco minutos tarde". "Han hecho muy bien", respondí.
Siento que, para ser mi primera crónica, me haya salido un ladrillo de tomo y lomo.