Lo reconozco: más que a una función de ópera iba como un ternero al matadero. Aroldo, Hendrick de rpotagonista, antecedentes de óperas verdianas menores aburridas,... Por ello, salir razonablemente satisfecho es casi un éxito. Y me alegro, porque la tmporada no está siendo una maravilla que se diga.

¿Exito parcial, basado en qué? Pues en la consistencia de las voces, en una orquesta que estuvo a la altura de una partitura muy limitada y en un Coro que -hoy sí, sin excepciones- estuvo realmente soberbio.

La puesta en escena, de Pier Luigi Pizzi vale para este Aroldo y para quinientas óperas más. es el típico caso en que dos referencias arquitectónicas sirven para enmarcar la acción sin molestar pero tambien sin enseñar estudio o profunididad "intelectual" alguna.

Antonio Pirolli dirigió con acierto suficiente a la Orquesta Sinfónica de Euskadi aunque un ontrol del volumen en algunos momentos hubiera sido deseable. Y vayamos con lo que más me inetresa siempre: las voces.

Michael Hendrick tenía una papeleta nada envidiable: aprenderse un papel muy exigente vocalmente que, probablemente, no volverá a cantar nunca más. Y es que el papel del tenor anda por la zona aguda muchas veces, exige una voz potente, de volumen ancho y Hendrick no decepcionó. Lejos estuvo de ser el gran tenor verdiano que exige la partitura porque su voz es endeble, le falta ese matiz dramático necesario y en los concertantes se tornaba inaudible pero le dió el empaque suficicnte para superar la pruebla con aprobado.

Adriana Damato (Mina) es una soprano donde el problema es casi el contrario; tiene volumen e intensidad pero tiende a descontrolarse en la zona aguda mientras la zona grave es endeble. El papel es tambien exigente y Damato alternó frases realmente bonitas con momentos tirantes y cercanos al grito.

El gran triunfador de la noche fue Vladimir Stoyanov(Egberto) que sin tener una voz grande -que no lo es-, sin tener una voz oscura -que no lo es- fue sin duda alguna el que más se cercó al canto verdiano. Su aria inicial del acto III fue el mejor momento canoro de la noche con muchísima diferencia.

Stanislav Shvets (Briano) tiene un papel muy poco agradecido porque apenas canta en solitario, no tiene escena no ya de lucimiento sino de mínima exhibición pero actua a modo de soporte del tenor y de los concertantes. Su voz es oscura, de color de bajo agradable aunque no tenga la potencia de otros. Muy adecuado.

Maurizio Pace (Godvino) fue un famélico secundario, pasando muy desaparcibido y desaprovechando sus frases mientras que Nuria Orbea y Giorgi Meladze tiene frases simbólicas.

Una noche para descubrir una obra nueva que dificilmente podremos volver a escuchar en un teatro. Esta es la virtud; el debe, que por poner obras como estas estemos hipotecando las temporadas de ópera de Bilbao por dos décadas, lo que cada vez me gusta menos.

me alegro que te gustase y salieses contento.............. como yo

el Hendrick aceptaria el papel para poder enlazar con la Jenufa que va hacer el mes que viene por los Malagas, y asi practicar un poco el castellano.
a la salida tuvimos una mini Coinfo con personas muy gratas que no pudieron acudir a Sevilla algunas de ellas ,si... Naietta que como siempre nos animo la funcion

Da gusto esperar a que MarttiT escriba su crónica.
Así solo tengo que poner +1.


He salido contenta todos los días, el ensayo, el sábado que me colé en el entreacto, y ayer ya mas formal. No me parece un operón pero tiene un par de momentos bellísimos, como la ya mencionada aria del barítono del inicio del tercer acto, el momento en que Mina, tras firmar el divorcio, se explaya ante Aroldo, el final del segundo acto con el coro de los orantes, e incluso la tormenta del último acto (muy lejos de la de Otello, sin embargo...).

Hendrick mejor que el primer día y mucho mejor que en el ensayo.

Yo quiero un vestido rojo como el de la Damato

El sábado fue el más flojo de lejos. En el resto muy de acuerdo con MarttiT excepto en la puesta en escena de Pizzi que a mi me pareció muy inteligente, sobre todo por trasladar la acción de época y justificar mucho más el argumento.

si... y hasta nois hablo de mozart,jajajaja

Na: todo culpa de Stiffelio que pide dos botellas de vino para comer, encima buenas, y claro, voy yo y me las bebo y luego digo tonterías

¡No reniegues, no sucumbas ante el clan de los si-bemoles y las hostias!

También es cierto.

No renegaré de mi fe!!! Aunque atraveseis con hierros candentes mi lengua y me saqueis las uñas, aunque me cambieis mi cerveza por una sin alcohol!!!

Schernita! Traditora mozartiana!

Ciertamente no tengo mucho más que aportar a lo ya dicho. Pero hay algo que me sorprende en su comentario y es su referncia a la calidad de la temporada. Ahí discrepo abiertamente. Excepción hecha de una decepcionante Carmen, el resto de la tempirada me ha parecido, incluyendo Aroldo, de un nivel excelente.

Momentos memorables como los que viví en Giulio Cesare o en Ariadne y las muy disfrutables versiones de Trovatore e I Due Foscari, hacen que considere esta temporada como más que aceptable.

Un cordial saludo

Bienvenida sea la discrepancia. En el descanso de este Aroldo coincidiamos varias personas en que esta temporada no había cosas muy buenas con excepción del Strauss y el Haendel. Pero sobre gustos...

"
doy fe que estuviste como lo que eres" UNICA"

Quizá con mejores cantantes me habría llevado mejor impresión de alguna página. A Stoyanov se le aplaudió mucho el aria, pero, más que nada por la diferencia con el resto del reparto. El aria en sí tampoco era gran cosa, creo yo.

Y seguimos con el Troppo Verdi...

Yo ya apuntaba en mi comentario de la función que a pesar de mi apoyo inicial me empieza a pesar la perspectiva de otros veinte años programando tres óperas de Verdi año sí y año tambien, incluyendo los aroldos que nos faltan, que no son pocos.

Creo MarttiT que el proyecto completo dura unos 13 años, por lo que nos quedarán unos 10. A mí también me empieza a pesar, sobre todo por lo que sufre el repertorio alemán, pero vamos, que lejos de faltar 20 quedan unos 10