Ya lo he escrito: la noche fue hermosa y creo que cada vez lo tengo más claro. Es Wagner. Su múisca consigue lo que ninguna ha conseguido hasta ahora, más allá de que un servidor siga siendo lego en muchísimas músicas de muchísimos compositores.

Wagner tiene la facultad de hacerme traspasar cualquier lógica, de trasladarme a un mundo de plenitud que es lo que no puedo definir con palabras. Son sentimientos, es identificación. Mientras el tercer acto avanzaba me iba dando cuenta que la noche era mágica y más me prestaba al disfrute. es dificil de explicarlo pero era consciente de que era una "noche especial".

Die Meistersinger von Nürnberg no es una ópera cualquiera. he tenido que viajar las dos veces porque soy consciente que por sus dificultades técnicas (sobre todo las corales y las económicas, por su alto número de solistas) dificilmente la podré ver en mi temporada de ópera de Bilbao.

La función fue mágica, no perfecta. Curiosamente, las dos funciones mágicas de mi vida han tenido carencias vocales evidentes y, sin mebargo, la calidad de la música ha superado cualquier problema. En este apartado, la aportación de Albert Dohmenn es fundamental.

Hans Sachs es un papel (¿verdad que es una obviedad, sharpples?) criminal, donde ante la última arenga patriótica la posibilidad de fracaso es muy alta. Sachs no deja de cantar en el acto III (dos horas) y tiene una alta participación en el segundo, así que junto a Tristan y Siegfried es el papel criminal wagneriano por excelencia. Y Dohmenn, osco en ocasiones, lo bordó. Su apuesta no es por el lirismo sino por la potencia y la contundencia; Hans Sachs es un zapatero con Dohmenn, no u catedrático del canto y podemos decir que oficio y cierta tosquedad vocal humanizan la actuación de este bajo-barítono. Su última aparición en pantalla fue antológica -incluso escenicamente- pues acentuó la casi natural identificación con el personaje. Sufriamos con el, le perdonábaos algun agudo evitado, apreciábamos ese últim intento por matizar, sudábamos con el. Sencillamente, supremo.

Reinhard Hagen fue un Pogner más que suficiente: de voz oscura, con la contundencia necesaria y una presencia escénica interesante. Y Robert Bork hizo un Kothner quizás demasiado neutro, falto de la agilidad suficiente en las antiguas coloraturas de su presentación de la Tabulatura.

Bo Skhovus se merece un notable como cantante y un sobresaliente como actor. Quizás yo ésté acostumbrado a voces más oscuras pero Skhovus dibujó un Beckmesser sobresaliente, dando en momentos preponderancia a lo vocal (acto I), dando otras mayor presencia a lo escénico (me gustó mucho la construcción actoral de la fracasada canción final).

El conjunto de maestros sostuvo perfectamente su parte y no hubo -al menos yo no aprecié- desajuste alguno.

Robert Dean Smith me hizo disfrutar un Lohengrin no hará ni cuatro años con su voz cristalina, lírica. En este Walther la voz ha perdido brillo, no es tan espontanea y parece pagar los peajes de papeles dramáticos que quizás nunca debió aceptar. En el acto I sonó como lejano, sin que su voz llegara clara hasta mi localidad; en el segundo estuvo pelín sieso con la parte actoral y desapercibido en los conjuntos. Sin embargo en la canción del premio se entregó, lo dio todo y subió su nota de forma más que evidente. de todas formas reitero mi preocupación por su leve retroceso de calidad.

Norbert Ernst hizo un David excelente. creo que estamos ante un tenor de calidad para este tipo de papeles y tanto su canto como su interpretación fueron excelentes y me alegré del reconocimiento del público. Para acabar con ellos Magnus Baldvinsson fue un sereno notable.

Veronique Gens, del mndo mozartiano, hizo una Eva de altura. En el quinteto sostuvo la estructura musical con acierto (aquí tambien destacó Smith) y de aplaudir el loable intento de trino tras el triunfo de su Walther. Otra cuestión es que el papel, en mi opinión, quede en un segundo plano en una ópera tan masculina como esta. Ello se acentúa mucho más en el caso de la Maddalene, que fue la georgiana Stella Grigorian, con un papel en el que es practicamente imposible hacerse un hueco.

Sebastian Weigle fue mejorando acto tras acto. La obertura fue parca en solemnidad, el crescendo delsegundo acto hasta la pelea me sonó pleín insuficiente pero el acto III fue un auténtico alarde de conocimiento wagneriano. Muy bien el coro aunque en la gran escena de la campa huboo alguna entradita que otra manifiestamente mejorable.

¿Y la escena? Pues no lo se. Mi teoría tras varios mojitos es que lo único real es la silla y la mesa, es decir, lo que vemos gigante y que por lo tanto todo es ficción, todo es fantasía de personajes irreales. Así lo entendí y lo aprecié, aunque considere que burros y toros quedaban fuera de lugar. pero cántenme siempre así que uno disfrutara les pongan como les pongan.

PD1: a solo tres asientos la reina cleopatra. Me alegró mucho saludarle.

PD2: ¡qué relativo es el tiempo! ¡Qué tercer acto más corto!

No sabes cuánto me alegro. Dos mensajes y un corazón llenos de Ópera

Tio, patenta tus frases

Martti, no sabes como me alegro de que disfrutaras tanto

Ok, ahora voy yo...
El "Full informatiu" daba varias explicaciones sobre el valor de "Meistersingers"y en especial de la adecuación escénica observada en el Liceu...A priori, ya comento que cuando hay que explicar mucho sobre algo es que el espectáculo no funciona y,parafraseando a Sachs, "el pueblo conoce la poesía, dejemos algo las reglas"...Esto es, si estamos reafirmando el valor simbólico mucho es que se aparta de la naturaleza artística y, por tanto, es una frivolidad con el valor de "reventar", de que el público proteste, el regista se muestre como soberano incomprendido y a la vez satisfecho(como viene siendo noralmente)por el enfado popular.¿Qué pasó?Algo que no se esperaba: la función del día 18 salió redonda, casi perfecta.Algunos percibimos un sonido muy desagradable, era un cruce de micros(sospecho que un cantante llevaba).
¿Escénicamente?Pues, a pesar de la gracia de retrotraerme al instituto en el primer acto, nada que aportara ideas nuevas, había que explicarlo TODO.
¿Musicalmente? Una maravilla; Dohmen muy bien, se estuvo conteniendo para su parte final y fue un gran profesional escénicamente;me gustó Bo Shokvus como Beckmesser y me encantó Verónica Gens(aunque, claro, vaya personaje, objeto y sujeto de los deseos de los maestros cantores)y la voz de Dean Smith, algo lírico y confieso que creí que no podría con el final. Magnífica la interpretación del coro y de la orquesta y estupenda la dirección de Weigle.

A modo de reflexión, una pregunta malévola: imaginad que hubiera finalizado la ópera tras la escena de la castración a Beckmesser...¿Cuál habría sido el resultado final?Os lo dejo pensar...