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Del Don Carlo no hay mucho que comentar ya que fue una función más bien discreta. La escena no me gustó, con una dramaturgia que utilizaba a unos niños para recordar la infancia de Don Carlo y la reina en una escenografía minimalista que sólo fue efectiva en la escena de Felipe II y su posterior Dúo con el Gran Inquisidor.
Daniele Gatti, director al que admiro mucho después de comprobar cómo se ha adaptado al foso de Bayreuth en su magnífico Parsifal, no me convenció, con una versión más pomposa que profunda y descuidando los balances de orquesta y cantantes.
El reparto era más bien un segundo cast, donde destacó la veteranía de Furlanetto que ofreció una emotiva escena con su aria principal y un magnífico dúo interpretativo con Matti Salminen como Gran Inquisidor, aunque este nos pareció algo tocado con problemas de fiato y voz algo gastada, pero siempre es un placer escuchar a este inmenso cantante.
Fue interesante la interpretación del tenor Stuart Neill, cantante irregular que en un momento parece un principiante con un agudo estrangulado y en otras un gran cantante expresivo, con buenas dinámicas y voz considerable. No me importaría encontrármelo en otras ocasiones viendo como está el patio de tenores en este repertorio. Además reconocer el mérito de cantar diez funciones, todas menos una que cantó Francesco Hong, otro tenor interesante especialmente en el registro agudo. Neill tiene que cuidar su físico porque tiene un sobrepeso que le provoca problemas al andar y le impide una adecuada interpretación escénica.
Thomas Johannes Mayer interpretó a Rodrigo. Joven cantante que posee un buen fraseo pero que tiene una voz insuficiente.
Micaela Carosi estuvo en general correcta como reina pero es una cantante que no me transmite nada y Eboli fue interpretada por Anna Smirnova y no me gustó ni su voz, ni su estilo ni su manera de interpretar.
Otra coso muy distinta fue la extraordinaria representación de I Puritani, en una producción tampoco muy destacable, menos pretenciosa, pero que en su minimalismo sirvió para que los cantantes estuvieran a gusto en el escenario cantando e interpretando. No hay que complicarse demasiado en la escenografía y dirección escénica de I Puritani.
La versión ofrecida fue muy interesante por la interpretación casi al final de “Ah! sento, o mio bell'angelo” cantada por tenor y soprano, pero sobre todo por la inclusión del maravilloso terceto de Arturo, Enrichetta y Riccardo, "Se il destino a te m'invola".
La dirección musical corría a cargo del jovencísimo Michele Mariotti, que estuvo realmente extraordinario y al que le pronosticamos una carrera más que brillante. Sensacional la manera de acompañar a los cantantes, de crear las atmósferas adecuadas, de dar brío a la música cuando lo requería y sobre todo de exponer la belleza de la música de Bellini con todo esplendor. La música fluye de una manera impresionante, su mano se mueve con precisión y delicadeza, recordando de manera evidente a su maestro Abbado, pero mostrando además una fuerte personalidad propia.
Elvira fue la joven y guapa cantante Nino Machaidze, que nos sorprendió gratamente. Su voz es de calidad, su canto expresivo y su actuación escénica muy convincente. Lástima de sus problemas en el sobreagudo que mostró en ocasiones aunque en el tercer acto mejoró y una pena también que sus agilidades no tengan una mayor soltura aunque se defiende en este terreno. No creemos que vaya a tener muchos problemas para desarrollar una buena carrera, sobre todo teniendo en cuenta su juventud y belleza lo que seguramente le abrirá muchas puertas.
El barítono fue Gabriele Viviani, una voz algo ruda pero interesante. Estuvo demasiado calante en su difícil aria inicial que cantó completa, pero luego mejoró mostrando que puede ser un barítono a considerar.
Ildebrando D'Arcangelo interpretó a Sir Giorgio con buena voz aunque la manera de cantar se aleja del estilo belcantista, ya que el fraseo es algo tosco y su legato si lo mostrásemos pintado en una pared en vez de ser una delicada y ondulante línea, sería una serie de puntos a golpe de brochazos. Tiene que mejorar mucho en este aspecto para abordar este repertorio.
Dejamos para el final la histórica actuación de Juan Diego Flórez. Habíamos visto en directo con anterioridad sus interpretaciones de Las Palmas y Viena. Su voz no ha evolucionado demasiado aunque nos hemos encontrado con un tenor con mucha mayor seguridad técnica. Se puede decir que todavía se encuentra al borde de la vocalidad ideal y que un mayor empaque vocal sería beneficioso para abordar este rol, siempre que no afecte al resto de sus cualidades que superan con creces la posible carencia que se pueda hallar en este aspecto. Además tanto el volumen como la proyección en el teatro de Bolonia que tiene una excelente acústica fueron notables. Creo que es un teatro muy adecuado para que Juan Diego interprete sus papeles que puedan requerir de mayor exigencia en el peso de la voz.
En líneas generales esa interpretación fue inolvidable por la naturalidad, facilidad, seguridad con la que afrontó este difícil papel de tenor, donde mostró una seguridad imbatible en el agudo, una homogeneidad fuera de duda en todo el registro y una línea de canto ejemplar. Su mayor virtud está en cómo consigue en su modélico y elegante fraseo extraer todo el impulso emotivo de la melodía belliniana. Belleza y emoción ofrecida sin sobresaltos, sin apuros, sin errores, sin defectos, toda la música fluye de manera natural demostrando su inmensa musicalidad.
Empezó su interpretación de A te o cara de bandera, mejorando la interpretación de la retransmisión radiofónica al culminar cada estrofa con dos sfumaturas de bellísima factura y ofreciendo un Do#4 que no suponía ninguna rotura tímbrica con el resto de la frase, brillante y hermoso a la vez. La belleza de la página fue de cortar la respiración en una de las mejores interpretaciones que recuerdo.
En el dúo con el barítono comienza una de las partes donde el tenor debe prestar especial atención al acento. Vimos a Flórez especialmente acertado en este apartado que conjugó además con una brillante actuación escénica mostrándose muy desenvuelto y desafiante con la espada.
Poco después llegó esa gran novedad que resultó el terceto Se il destino a te m'invola". Una parte difícil para el tenor. Después de el fragor de la batalla y del canto más heroico, las luz del escenario se vuelve tenue y el tenor tiene que emprender este fragmento cambiando de repente a un fraseo suave y sosegado, que contiene difíciles trampas como saltos en mitad de la frase del registro central a un Si3-Lab3, que no son fáciles de conseguir manteniendo la pulcritud de la línea que la página requiere. Terminó sin posibilidad de aplauso porque la música continúa y un gran bravo se nos quedó en la garganta.
El tercer acto fue un auténtico delirio, donde Flórez se mostró inspiradísimo en toda la primera parte y dejando a todos los espectadores con el corazón en un puño hasta llegar al “vieni” donde junto a Elvira obtuvo una ovación atronadora de varios minutos. Aquí el tenor realizó una de sus mayores proezas al descender ligando del Re4 al t’amo como en otras ocasiones, pero que en esta ocasión continuó como se puede ver en el youtube del ensayo ligando con la siguiente frase completa, lo que supone como es normal en Flórez un destello técnico espectacular, pero que no busca sólo la espectacularidad sino incrementar la belleza del pasaje. EXTRAORDINARIO.
Posteriormente interpretó el célebre Credeasi Misera omitiendo ese Fa4 y luciendo un esplendoroso Reb4 en una decisión que creemos muy acertada en un tenor que canta siempre a voz plena y que no ofrece afalsetamientos ni en sobreagudos ni en pianos y que si intentase esa nota seguramente el sonido no ofrecería ninguna belleza.
Terminó la función con ese fragmento a dúo con la soprano con la que empastaba muy bien su voz, todos sus dúos fueron muy logrados.
En conclusión, terminamos con la sensación de asistir a uno de los mejores Puritanos del Flórez joven, del que se va a hacer un dvd comercial que seguramente será admirado por muchos años, por no decir siglos y que además contó con un joven director musical que dará que hablar y que consiguió que aquellos puntos más flojos del reparto se integraran correctamente en el conjunto, logrando sin duda uno de los I Puritani más bellos de los últimos tiempos.
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