copio y pego mis comentarios publicados en La Tertulia sobre la función de anoche día 2, con nueva ( y esperada por mi y gananado una mini apuesta a un amiguete
)cancelación de Shicoff.
A vuelapluma, crónica de la función de ayer día 2 y que titularía como SIMONE BOCCANEGRA, un Verdi serio que ha resultado irregular pero más que digno, con un elenco vocal poco verdiano pero que para los tiempos que corren, nos podemos dar con los cantos en los dientes!
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1/ De largo , el mejor del cast el Fiesco de GIACOMO PRESTIA, único cantante realmente con connotaciones verdianas que ha sabido interpretar este difícil Verdi sin ser absorbido en ningún momento por las exigencias orquestales.
Buena voz, aunada con buena y noble línea de canto, notable fraseo ( pese al horrendo vestuario que llevaba que le hacía parecir un mujaidin , además de llevar unas incomprensibles gafas de sol ). En los dos duos con Simone, Prestia se ha casi merendado y engullido a M.Moore.
2/ El protagonista , Anthony Michaels Moore, podríamos denominarlo un cantante funcionario y profesional que ha intentado cantar y matizar con alguna media voz y en las partes más líricas su canto puede considerarse hasta aceptable.
Pero la voz es mala de solemnidad: timbre nada grato, falto de color en la voz que era áfona y carente del más mínimo brillo; bastantes rascadas en el fraseo más intencionado, con algún problema de afinación y hasta de fiato en el duo final con Fiesco del prólogo. A veces, ha sido engullido por la densidad orquestal.
Como era un sustituto , pues hay que aceptarlo
3/ La Amelia de Stoyanova me ha parecido más floja que la función dada por radio hace unos días.
Ha empezado algo perdida en su entrada y aria de inicio, descoordinada con la dirección de orquesta ( ¿ sería la colocación algo atrás en el escenario?) pero luego se ha rehecho cantando con mucho gusto y con una voz francamente brillante, matizando y haciendo buenas mezzavoce.
No obstante considero que para mi gusto, esta notable soprano carece a veces de una cierta garra que le hace parecer, más una belcantista que una lírico spinto verdiana.
4/ Stefano Secco, sustituto de Shicoff, pues ha cantado un apasionado Gabriele, poniendo toda la carne en el asador, correcto centro de voz y muy buen registro agudo, aunque carece casi de graves lo que le hace oscurecer artificialmente la voz en estas partes.
La voz es más más bien pequeña ( es un tenor lírico justo que hasta ahora había cantado Alfredos, Nemorinos y Des Grieux en el Liceu) pero con notable proyección y además es valiente cantando, con un fraseo excelente y además rezuma italianidad en el estilo de cantar. En alguna ocasión, ha forzado la línea de canto para poder con la orquestación.
No obstante, a mi me gustan particularmente voces de tenor lírico spinto para este role y Secco no es spinto en estos momentos
( me ha confirmado como próximos compromisos en el Liceu y en años venideros, Pinkerton y Cavaradossi)
5/ Marco Vratogna ha querido ser más malo de lo que realmente lo es el Paolo ALbiani y ha exagerado su interpretación con excesivos dejes veristas, declamando más que cantando en bastantes instantes.
6/ Los demás comprimarios, cumplieron.
7/ Bien los coros, notablemente mejor el masculino y mejorada la orquesta pese a ciertas desafinanciones de las partes del viento en los dos últimos actos.
Vehemente la dirección de Carignani que ha dificultado en algún momento a los cantantes aunque él no tiene la culpa que no abunden los cantantes verdianos en los actuales tiempos. Ha dirigido Verdi y no belcanto, sabiendo dar fuerza a su orquestación.
8/ La puesta en escena no me ha parecido ninguna genialidad ni siquiera ninguna creación artística en cuanto a los movimientos escéncos. El cantar casi todo dentro de un cubo con puertas que se desdoblan, abren y cierra ( excepto la gran escena del Consejo que se representa exteriormente), molesta más que nada en cuanto a la colocación de los cantantes , a veces excesivamente atrás en la escena lo que provoca una menor proyección de las voces.
Quizá lo que menos me ha gustado es este mix de vestuarios ( predominando los grises salvo en lo que llevaba la soprano Stoyanova) , a veces de época, a veces actual, con alguna gran escena en el segundo acto y en la boda final, con pupurris de todo tipo de vestuarios ( lo que hacía parecer un "museo de cera con todo tipo de personajes dispersos y diversos ).
De todos modos, ni bueno ni malo, sino todo lo contrario.