Ficha técnica aquí

Compendio sucinto de la revolución española. Con un título como éste uno ya intuye por dónde van los tiros. Una ¿ópera? española de la segunda década del XIX cuyo argumento es la guerra de la independencia española. Pongo entre interrogantes lo de 'ópera' porque yo lo definiría mejor como un oratorio o cantata. O, mejor aún, como se recoge en el programa de mano: poema político-musical.

La obra, en dos actos, de duración desigual (1 hora el primero, media el segundo) consiste en 30 números entre los que se encuentran arias para los cuatro solistas (soprano, mezzo, tenor y bajo), algún dúo, coro y números de todo el conjunto, además de los recitativos (acompañados).
Desde el punto de vista dramático la cosa no da para mucho, para qué vamos a engañarnos. El texto tampoco es que lo permita. Si la cosa fuera de exaltación patriótica por la guerra de la independencia... tendría un pase (al menos para mí), pero cuando la salvación llega de manos del regreso de Fernando VII (el dedicatario de la obra) por obra y gracia de la providencia, pues como que no. Y es que, desde el primer número de la partitura, el ángel (soprano) ya nos anuncia que la perdición viene como un castigo divino y que sólo el regreso del rey salvará a la patria... Así se recorre el período desde 1808 a 1813, desde el 2 de mayo hasta la vuelta del monarca, pasando por Bailén, entre otros. Los textos poéticos son de exaltación nacional: España (mezzo) nos canta su suerte, el patriota (tenor) nos arenga, mientras que el afrancesado (bajo) nos muestra la cara de 'la otra España'.

Musicalmente la cosa está mejor, aunque tampoco es para tirar cohetes. Lo mejor es la agradable sorpresa de escuchar arias y recitativos en tu idioma materno. Más allá de esto una música de inspiración mozartiana (Gluck, me apuntó un colega al acabar el concierto). Líneas vocales claras, bien orientadas al idioma castellano, sin apenas uso de la coloratura. Acompañamientos dinámicos, a caballo entre el último barroco y el clasicismo, con orquestación acertada y discreta (orquesta de instrumentos barrocos de veinte componentes, con dobles fagotes, clarinetes y trompas naturales, además de la cuerda y el clave). Coros y conjuntos vocales muy verticales, sin apenas resquicio para el contrapunto (que yo recuerde solo el efectista número final contenía alguno), a veces recurriendo directamente a la homofonía. En lo rítmico un cierto abuso del ritmo ternario. En cuanto a la calidad de los números, sobresale (y con diferencia) el aria de lamento de España (número 24) y el número de conjunto (el 15) en donde los recursos de descripción del texto alcanzan su punto más interesante.

Los intérpretes: mejor ellas que ellos, especialmente la mezzo. Sobresaliente el coro y algo de desajuste en la orquesta al comenzar el concierto (empezó 10 minutos tarde porque 'faltaban las violas' ). Media docena de ensayos más no habrían venido mal.

En cualquier caso me lo pasé muy bien ya que, a pesar de las limitaciones comentadas, disfruté de la extraña propuesta. Me gustaría que se siguiesen progamando cosas que se salgan un poco de la norma pero me temo que Oviedo (y por extensión Asturias) no parece ser el sitio más adecuado. El auditorio no estaba ni la mitad lleno y la mitad del público se marchó en el intermedio. Parece ser que más allá de la orquesta de renombre de turno o de la misma ópera de siempre, éstas cosas no interesan

yo creo que en Asturias .estan escarmentados desde la revolucion del 33