Devia estuvo maestra como siempre. Además de lo de siempre -fraseo incisivo y estudiadísimo, colocación perfecta de la voz, agudo lleno y pleno, coloraturas precisas, fiato inagotable, es decir, el belcanto en su más pura y perfecta definición - pudimos escuchar un rasgo nuevo de su voz que ha ido consolidándose en los últimos años de su carrera: ha ganado muchísimo cuerpo en el centro y en el grave, en una adaptación impresionante de su voz a papeles de mayor peso como Anna Bolena, su caballo de batalla actual, que la borda en todos los sentidos.
Y no son palabras de fan, que también
Hay por ahí, como dice Alicia, grabaciones que son testigo. Hoy en día, Devia sigue siendo el epítome (y espero que no el epílogo) del belcanto. Espero que no se olvide nunca cantar así y que alguien continúe la cadena cuyo último eslabón encarna hoy, sin nada que envidiar (incluso al revés en algunos casos) de los anteriores, Mariella Devia.
Del programa me encantó su Al dolce guidami (me encantaría ver en directo su Bolena completa, que, como ella dice, crece dramáticamente cada vez que la hace) y el aria de Il Pirata fue sencillamente de antología. De los duos, especialmente brillante en el de Norma y en el de Bolena, donde sacó los matices más dramáticos de su voz. El de Capuleti fue también maravilloso, y me dio mucha rabia no haber podido verla el mes pasado en Génova.
Sonia Ganassi no superó, por problemas de salud parece ser, el triste papel de acompañante. Su voz arriba es de calidad, con cuerpo, brillante, aunque blanquecina y fea en el agudo. Lo extraño, tratándose de una mezzo, es la sangrante falta de graves. Esas apreciaciones podrían cambiar cuando la vea otro día en directo en mejor estado vocal (aunque sus grabaciones no me hacen pensar tal cosa), pero lo que resiste a las circunstancias vocales es el fraseo y la intención, y ahí Ganassi me decepcionón. Apuradísimo y sin lirismo el Mon coeur, de un fraseo pobre y demasiado agresivo el O mon Fernand...
Sin embargo en los duos se mostró muchísimo mejor, sobre todo en aquellos donde no tenía que bajar a su molesto y pobre registro de pecho. Estupenda en el de Capuleti y en el de Norma, aunque no era del todo capaz de dar los matices necesarios. Eso sí, siempre es admirable que un cantante saque adelante sin errores de bulto una noche de indisposición.
En resumen, una noche de belcanto puro, de adoración a Mariella y de disfrute de una de las mejores voces belcantistas que nunca han existido.
Espero que su próxima cita en España sea ponto (¿Coruña?) y podamos volver a disfrutar juntos.