Después de comer y beber (nunca demasiado es suficiente sabiendo que se te plantean más de 3 horas barrocas) nos presentamos en el Arriaga con expectativas diversas. La cosa era a las 7 de la tarde, en plan Wagner. Mucha gente llegó tarde y el Arriaga estuvo bastante concurrido, para ser un domingo tarde en el que el Athletic jugaba en la catedral nimasnimenos que contra el tuttopoderoso Barcelona.
Como creo que no lo he dicho nunca, afirmo, no soporto a los contratenores. Y nos tocaron dos. Flavio Oliver que era Tolomeo y Filippo Mineccia que era su hermano malo, del que no recuerdo el nombre. Bueno, Oliver estuvo escuchable, y gracias a la puesta en escena, se metió varios h*stiones de impresionar, ah por cierto según la parte femenina del foro estaba buenorro. El otro, el tal Mineccia, que esta en ese dvd del Ercole vivaldiano en el que salen enseñando el ciruelo
y tan cardiacas pone a la foreria cuando se menta, pues ni fu ni fa, flojito flojito, con voz discreta y mal proyectada cosa que los amantes de la cuerda le agradecimos. Total, el duo de los gatos.
En el apartado ellas, lució Maria Grazia Schiavo que hizo la Seleuce, y a la cual veía por primera vez. Buena y solvente cantante. Agilidades limpias, y voz liberada que corria bien por el teatro, de lejos, la mejor. Y además es muy guapa. Soledad Cardoso esta muy bien, también canta, dicen.
Pero lleguemos al protagonista absoluto de la noche, a un señor que vino a alegrarnos el asunto. Hablamos de Ivan García, que imagino que será un pseudónimo. Ivan García se ha convertido desde ayer en uno de nuestros idolos, a los que queremos, admiramos y a los que tenemos presentes en nuestras oraciones. Porque Ivan García, puede. Porque ayer nos dió un gran ejemplo de barroco verista. Imaginad a un Protti, un Bechi o un MdM desbocado con clembuterol, eso y cantando Ombra mai fu. Pues se quedaban en bragas en comparación con este señor, que se debió quedar a gusto. Ladró, en el sentido literal de la palabra, su Araspe. Quiso darle un tono rudo y así le salió. Me alegró eso de ver Tolemeo y Pagliacci a la vez, fue una experiencia religiosa. Fue nuestro Cujo particular
La orquesta Collegim Marianum estuvo muy bien y la regie tuvo sus puntos buenos, a piccolo le encantó la escena del baño turco, y sus puntos tediosos, Normalita
Tutto e finito